viernes, julio 27, 2007

Estar lejos, tan lejos, cuando los tuyos sufren implica un nivel de paranoia que yo no soporto. No lo soporto físicamente. Hace años que mi cuerpo me grita cuando una situación non le gusta. Creo que fue los últimos meses en Barcelona cuando me empezaron a salir las heridas en la cabeza y las manos. Y ahora, estos últimos días en Chile, casi no duermo, cuando consigo pegar ojo tengo pesadillas, me duele la cabeza, tengo un nudo en el estómago y heridas abiertas en seis dedos. Y no puedo hablar con (ni pensar en) ellos sin llorar. Así que, apoyada (como en todo) incondicionalmente por est@s compañer@s de viaje que no sé si merezco pero que desde luego agradezco, fui a hablar con el Capo para cambiar las vacaciones que me quedaban por una semana en casa.
Salgo para allá mañana a mediodía, llegaré a Lugo el domingo después de comer, y vuelvo el sábado que viene.
Deseadnosnos suerte, que parece que no nos va a venir nada mal.
Nos leemos.

lunes, julio 23, 2007



Mi prima va de visita a la casa de mis padres y me manda unas fotos que, por inesperadas, me alegran el día y que, por retratar una realidad aparentemente inmóvil, me excitan la morriña de última hora.
Desde la otra orilla, mi habitación parece estar exactamente como la dejé.

Actualización 13:53. Lamentablemente, las cosas no están exactamente como las dejé. Mi primo tuvo un accidente de tráfico y está en la UCI desde el sábado por la tarde.

sábado, julio 21, 2007

El martes, Rupert Murdoch compra Dow Jones por un 65% más de su valor en Bolsa y el sábado muere Polanco. ¿Te imaginas a Aznar [miembro del consejo de News Corp, la empresa de Murdoch] entrando en Gran Vía, 32, [cuartel general de Prisa] para tomar posesión como presidente de Prisa?

Inquientante, eh.

viernes, julio 20, 2007


La web de El Jueves estaba superada por las circunstancias, así que la robé en el 20minutos.

El Código Penal establece, en el punto número 3 del artículo 490 penas de prisión de seis meses a dos años para el que calumnie o injurie al Rey o a cualquiera de sus ascendientes o descendientes, a la Reina consorte o al consorte de la Reina, al Regente o algún miembro de la Regencia, o al Príncipe heredero de la Corona, en el ejercicio de sus funciones o con motivo u ocasión de éstas. En el caso de que la injuria o la calumnia no fueran graves, la pena sería de seis a doce meses.

Según el punto dos del artículo 491, se impondrán la pena de multa de seis a 24 meses al que utilice la imagen del Rey o de cualquiera de sus ascendientes o descendientes, o de la Reina consorte o del Príncipe heredero, de cualquier forma que pueda dañar el prestigio de la Corona.

Por último, en el artículo 208 del Código Penal se establece que es injuria la acción o expresión que lesionan la dignidad de otra persona, menoscabando su fama o atentando contra su propia estimación. Solamente serán constitutivas de delito las injurias que, por su naturaleza, efectos y circunstancias, sean tenidas en el concepto público por graves. Las injurias que consistan en la imputación de hechos no se considerarán graves, salvo cuando se hayan llevado a cabo con conocimiento de su falsedad o temerario desprecio hacia la verdad.
Amos, no me jodas, buen gusto no destila, la viñeta, pero lo de "injurias a la Corona"* y lo de retirar las publicaciones de los quioscos y ordenar que se destruya el molde son dos trajes que nos quedan ya un poco prietos. Claro que, en mi opinión, la Corona tampoco nos favorece nada.

*Ya hay quien buscó los paralelismos con otras elegantes y nada denigrantes para la mujer viñetas de El Jueves (vía meneame)
**Otras portadas polémicas, en 20minutos.

miércoles, julio 18, 2007



Tan sólo 10 meses después, otra tragedia.

martes, julio 17, 2007

Revista de prensa


Para l@s que hablan y no callan de lo feos que son los chilenos, he aquí a Benjamín Vicuña

Hugo Chávez anunció, en el programa Aló, Presidente Nº 266 la posibilidad de que la reforma constitucional en la que está trabajando el Gobierno venezolano incluya "la reelección indefinida para Presidente de la República". Qué menos? No queremos que Venezuela se quede sin líder y, evidentemente, en todo el país no hay otro.

Vargas Llosa ensalza a Barak Obama en un artículo de opinión publicado por la mayoría de los periódicos latinoamericanos. La exaltación en sí no es tan criticable como aparentemente sorprendente, viniendo de quien viene. La sorpresa se evapora un poco en cuanto Vargas Llosa empieza a desgranar sus argumentos: Barak, hijo de un inmigrante negro africano y de una mujer blanca, estudió en Harvard "gracias a sus méritos", se casó con una joven también humilde que también "fue aceptada en Princeton y Harvard gracias a sus sobresalientes estudios", un hombre negro que defienden (incluso) las mujeres blancas que estudian en Georgetown (universidad mundialmente famosa porque en ella da clase gente de la talla de Ánsar) y que consiguió más donaciones que una mujer blanca y que, en resumen, encarna ese "líder nuevo capaz de transmitir un mensaje de esperanza, de confianza en el sistema y en el futuro". Vargas Llosa me regala grandes frases en este artículo, frases que procuro leer con la imagen de los niños de Bolivia en la cabeza: "nada de victimismos ni lloriqueos, con todas sus limitaciones el sistema es suficientemente flexible y abierto como para vencer el infortunio, progresar y alcanzar unos niveles de vida decentes. (...) El "sueño americano" no es un eslogan, sino una realidad..." Ya.

Gloriosa, la entrevista a Bryce Echenique que publica Caretas. Grande, la periodista: "Hasta el momento, son once los plagios de artículos periodísticos que se le han imputado. Un error de su secretaria, se disculpó Bryce primero. Un complot fujimontesinista, adujo después. Fruto del odio de un enemigo, retruca ahora". Y grandes, también, las respuestas desquiciadas de Echenique. Unas risas. Más que recomendable.

Luego está Putin y las "extraordinarias circunstancias que afectan a la seguridad" de su país", que, si no fuera porque no tiene ni puta gracia, sería divertidísimo.

Como esto.

lunes, julio 16, 2007

Me doy cuenta, por un comentario de Roberto al post anterior, que aún no os he hablado del pisco. Graso error que intentaré solucionar de inmediato.



Pisco, además de un valle de Perú, es una variedad de la aguardiente típica de la Gallaecia y un ejemplo más del dominio de la copia que tienen mis vecinos y amigos, los chilenos. Según cuenta la wikipedia, en quechua piskos eran los alfareros que vivían en los valles de Pisco, Ica y Nazca, así como las ánforas que éstos hacían. Parece ser que el licor adquirió este nombre porque desde un principio se almacenó en dichos recipientes (toma cadena de sinécdoques). En fin, que el pisco nació en Perú y, sin embargo, actualmente, los chilenos consumen cuatro veces más pisco que los peruanos (tres litros por persona y año, frente a menos de medio litro) y producen diez veces más (50 millones de litros al año, frente a poco más de 4 millones). Copiar, lo copian todo, eh, pero más y mejor, eso sí. En 2005, Perú inició el trámite para registrar la denominación de origen del pisco ante la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), arguyendo que la palabra "pisco" aplicada al licor tiene una relación estrecha con el espacio geográfico donde se produce (como el caso de champagne en Francia). Chile, sin embargo, considera que el término es genérico (como el vino) y que puede ser usado por cualquiera que lo produzca.


Pisco premium envejeciendo en Valle del Elqui

En cualquier caso, en Chile se bebe mucho pisco, pisco sour de aperitivo y piscola de carrete. Esta última está restringida a iniciados en la materia o, como muy acertadamente explicó Mike en su momento, para el último pelotazo de noches de alta ingesta de alcohol y pocos recursos económicos. El el pisco sour, sin embargo, es apto para todos los públicos, baja como el agua y sube como la espuma.
Las consecuencias, terribles, comienzan con ese gesto,


shhh
cuando te-o-yes-si-la-be-ar
Y acaban, al día siguiente, con la peor resaca que ha conocido ser humano.
O, al menos, eso me han dicho ;)

domingo, julio 15, 2007

Noches Canallas



Se acaba una época de agobio laboral (haberlas haylas) y al otro lado me recibe alguien que tiene un aire a mi yo canalla.
Sólo un aire.
El miércoles anITA y yo convertimos un café de después del trabajo en una litrona universitaria, un par de piscos happy-hour, una cena de chino regada de vino chileno y confesiones galaicas, más bares, más piscos, más confesiones... Y acabamos a las tantas inventando histriónicas coreografías para los grandes temazos de ayer hoy mañana y siempre que ambientaban una cena de empresa llena de caras en las que ninguna de las dos queríamos vernos reflejadas.
No, si podemos evitarlo.
No, ahora que parece que mi yo juerguista está a punto de volver.
Paso a paso.
Tampoco quiero presionarla, no vaya a ser que huya de nuevo.

miércoles, julio 11, 2007



Hacía tiempo que no me enamoraba así, hasta las trancas, con esta obsesión que no me permite ni pensar ni trabajar ni postear ni dormir ni comer ni respirar cuando estoy lejos de él. Hacía tiempo que no me pasaba y me entregué por completo a esa sensación de dependencia que me tranquiliza tanto, supongo, porque me libera de la responsabilidad de tomar decisiones. Le dediqué cada minuto, cada segundo, de los últimos tres días. Incluso aquellos en los que estábamos separados. Y no se los dediqué porque quisiera dedicárselos. Se los dediqué porque no podía hacer otra cosa que dedicárselos. Deseando avanzar, al principio, a cualquier precio. Y luchando contra las ganas de echar el freno al final, cuando ya veía la luz al final del túnel y no podía distinguir si era la luz cálida de un domingo a mediodía o la luz fría de un lunes por la mañana.
Ahora, sólo me queda un sabor agridulce en el paladar.
No era perfecto, ni siquiera era el mejor libro que he leído en mi vida, aunque por momentos pensé que podía llegar a serlo. Ahora que lo nuestro se ha acabado, no me va a quedar más remedio que buscarle un sustituto. Eso e intentar recordar las últimas palabras que me susuró al oído cada vez que me cague en la mitad de España que me hiela el corazón:
Para los estrategas, para los políticos,
para los historiadores, todo está claro:
hemos perdido la guerra.
Pero humanamente no estoy tan seguro.
Quizá la hemos ganado.

jueves, julio 05, 2007

El cobrador



Aquí un amigo chileno, el cobrador de nuestro restaurante de colación favorito. Nótense la elegancia y el orgullo con que mira a la cámara. Previamente, se ha quitado las gafas, en un gesto de coquetería que nos conquista a Eva Luna y a mi.

El del cobrador es un trabajo curioso. Lo hay en todas partes: en los restaurantes (no en los pijos), en los pubs, en las papelerías, en las tiendas de chucherías... Su función es única y exclusivamente cambiar tu dinero por un papelito y asegurarse de que te lo llevas ("no se deje su boleta" debe de ser la frase que más he oído en estos meses), lo que es especialmente importante en los pubs, donde tienes que pagar antes de consumir, por lo que si te olvidas el papelito te quedas sin pisco.

martes, julio 03, 2007

Paraíso sin pan



Para llegar a ese paraíso que es el salar de Uyuni, atravesamos los Andes durante ocho horas por caminos de cabras llenos de piedras y de baches en una camioneta que tenía nombre (La-Cáterin), pero no suspensión. En ese camino infernal que lleva al edén vimos paisajes increíbles: montes nevados que descansan sobre lagunas altiplánicas de colores imposibles, cumbres rojas marrones amarillas que juegan al escondite con sus vecinas negras brancas grises, llamas que buscan su merienda en la nieve, arroyos que reflejan los colores del atardecer hasta que La-Caterin los atravesa casi sin aliento... Entre unos y otros, comimos el rancho y el pan de unos mineros a los que nuestra visita imprevista les "arregló el día" y chispeamos la coca de un equipo de grabación de National Geographic. Ya a las puertas del salar, dormimos (dormí) bajo siete mantas a -15ºC. Y todo mereció la pena, todo se convirtió en anécdota, cuando llegamos a los doce mil kilómetros cuadrados de pureza branca, sólo interrumpida por islas de cactus y tierra seca y por las labores de extracción de las salitreras (en la foto, los montículos que van haciendo con la sal que rascan del suelo antes de subirla a los camiones).



Y es que el paraíso del turista puede ser el infierno del autóctono. Un clima indómito (con un sol de justicia a las doce de la mañana y dos dígitos de grados bajo cero a las doce de la noche), una tierra seca y llena de piedras que hay que arar a mano, un de los gobiernos más pobres e ineficaces del planeta, una historia que deja pocas esperanzas para una mejoría pacífica y un único recurso, la sal. Una de las mercancías más baratas que existen, que deben rascar del suelo, transportar en camiones del siglo pasado, secar al sol, embolsar a mano (en la foto, un salitrero sellando una bolsa) y vender a quien sea que la quiera comprar por no más de un dólar al día.
En el paraíso, por no tener, no tienen ni pan.