miércoles, julio 11, 2007



Hacía tiempo que no me enamoraba así, hasta las trancas, con esta obsesión que no me permite ni pensar ni trabajar ni postear ni dormir ni comer ni respirar cuando estoy lejos de él. Hacía tiempo que no me pasaba y me entregué por completo a esa sensación de dependencia que me tranquiliza tanto, supongo, porque me libera de la responsabilidad de tomar decisiones. Le dediqué cada minuto, cada segundo, de los últimos tres días. Incluso aquellos en los que estábamos separados. Y no se los dediqué porque quisiera dedicárselos. Se los dediqué porque no podía hacer otra cosa que dedicárselos. Deseando avanzar, al principio, a cualquier precio. Y luchando contra las ganas de echar el freno al final, cuando ya veía la luz al final del túnel y no podía distinguir si era la luz cálida de un domingo a mediodía o la luz fría de un lunes por la mañana.
Ahora, sólo me queda un sabor agridulce en el paladar.
No era perfecto, ni siquiera era el mejor libro que he leído en mi vida, aunque por momentos pensé que podía llegar a serlo. Ahora que lo nuestro se ha acabado, no me va a quedar más remedio que buscarle un sustituto. Eso e intentar recordar las últimas palabras que me susuró al oído cada vez que me cague en la mitad de España que me hiela el corazón:
Para los estrategas, para los políticos,
para los historiadores, todo está claro:
hemos perdido la guerra.
Pero humanamente no estoy tan seguro.
Quizá la hemos ganado.

7 Comments:

Blogger Ana G. Méndez said...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

7/12/2007 2:13 a. m.  
Blogger Ana G. Méndez said...

esas relaciones son perfectas: intensas y con un final seguro. ninguna expectativa eterna.
besinos de desengaño.

7/12/2007 2:15 a. m.  
Blogger Julia Delgado said...

Yo, sólo en contadas ocasiones, he estado tonteando con 3 grandes amores a la vez. Tiene sus pros y sus contras. Lo bueno: besos de todos tipos y eligiendo al que preferías en cada momento. Lo peor: cuando los dejas tienes que buscarte a otros 3.

Un besazo en mi primera intervención en el suo blog.

7/12/2007 1:50 p. m.  
Blogger Roberto said...

Has probado "La Sombra del Viento"? No es que sea una supernovedad, lo sé. A mí me atrapó y estuve 5 días sin hacer otra cosa que leer, nada más.

7/12/2007 7:00 p. m.  
Blogger emereci said...

Riquina, a veces creo que, mientras duran, las expectativas son lo mejor de las relaciones.
Bienvenido, señor Borch, en su primera intervención en este su hogar. Le diré que, en mi humilde opinión (que nunca es tan humilde), si tienes tres grandes amores es que no tienes ninguno.
Y roberto sí leí La sombra del viento en su momento. Y es cierto que me engulló, pero de otra manera... más carnal, creo.
Bicos australes a los tres.

7/12/2007 7:37 p. m.  
Blogger Capitán Cook(ing) said...

A mí me gusta tener dos al mismo tiempo. Me gusta que una sea española para poder comunicarnos perfectamente y entendernos hasta el fondo. Y que la otra sea extranjera, para que, donde se acaba la comprensión, llegue la sugerencia de lo ignoto. Besos australes también a ti.

7/15/2007 8:22 p. m.  
Blogger Julia Delgado said...

Oye, que gracia me ha hecho que me llames Borch.
En fin, seré un promiscuo de esos...

7/17/2007 9:01 a. m.  

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