martes, febrero 27, 2007

The Remains of the Day

And so I wake in the morning
and I step outside
And I take a deep breath
And I get real high
And I scream from the top of my lungs
What's goin'on




A las 7.30 suena la alarma del selular.
Según dicen, son las 10.30 en Marruecos y parte de Europa, las 11.30 en España, Polonia, Angola y Nigeria, las 12.30 en Turquía, las 13.30 en Moscú, las 16.00 en India y las 21.30 en Australia.
En ese momento, por lo general, yo ya llevo unos minutos despiera, remoloneando, esperando la señal para saltar de la cama. Me cruzo en el pasillo con R., que va a hacer el café mientras yo enciendo mi maltrecho ordenador. Caliento agua para el té. Abro la ducha. Vierto el agua en la taza. Me tomo mi chupito de café. Me meto en la ducha. Me tomo el té mientras hablo con mi madre. A las 8.15, R. sale de su habitación. Me despido de mi madre. Me acabo el té. Salimos para la oficina.
A las 8.30 llegamos a la oficina.
Son las 11.30 en Marruecos y parte de Europa, las 12.30 en España, Polonia, Angola y Nigeria, las 13.30 en Turquía, las 14.30 en Moscú, las 17.00 en India y las 22.30 en Australia.
Intercambiamos pullas con el personal de la oficina. Recitamos poesía. Cantamos zarzuela. Vamos a nuestro despacho. Tras una horita de "asuntos personales míos", me dispongo a leer el periódico del día anterior (el jefe los mantiene retenidos en su despacho unas 24 horas). Selecciono información aburrida susceptible de interesar a Don Pablo. La re-redacto, la imprimo y se la llevo al jefe (que la mantiene retenida otras 24 horas). Ingreso al gestor de contenidos las noticias que ya han superado las barreras previas.
A las 10.30 bajamos a por el café.
Son las 13.30 en Marruecos y parte de Europa, las 14.30 en España, Polonia, Angola y Nigeria, las 15.30 en Turquía, las 16.30 en Moscú, las 19.00 en India y las 00.30 en Australia.
Ignoro el cartel de la puerta e intento abrirla hacia dentro. Fallo. Tiro y se abre. Intercambiamos amables comentarios con los camareros. Dos promociones de panamá. Gracias. Que esteis bien! Igualmente. Hasta mañana. Leo la prensa española o chateo un rato con mi hermana, mientras me tomo el café. Si tengo consultas, trabajo un poco en ellas. Si tengo misiones, trabajo un poco en ellas. Si tengo el informe de coyuntura, trabajo un poco en él. Si no, trabajo un poco en mi estudio de mercado. Entro un millón de veces en mis correos, en el flickr, en vuestros blogs. Chateo. Pelo el cable con los otros becarios y con el personal de la oficina.
A las 15.00 nos vamos.
Son las 18.00 en Marruecos y parte de Europa, las 19.00 en España, Polonia, Angola y Nigeria, las 20.00 en Turquía, las 21.00 en Moscú, las 23.30 en India y las 05.00 en Australia.
Si no sucumbimos a la tentación y comemos algo de camino, perpetro cualquier cosa y me la como con el Telediario 2 de fondo. Sesión de skype, voipbuster, bloglines y blogger. Limpieza. Lectura. Tele.
A las 18.00 sale la plebe del trabajo.
Son las 21.00 en Marruecos y parte de Europa, las 22.00 en España, Polonia, Angola y Nigeria, las 23.00 en Turquía, las 00.00 en Moscú, las 02.30 en India y las 08.00 en Australia.
Quedo para tomar algo. Un café. Un helado. Una cerveza. Un pisco sour. Vamos a pasear. Al cine. A cenar.
Con más frecuencia de la necesaria, acabo volviendo a casa a medianoche, medio chea y con muy pocas ganas de irme a la cama.
Son las 03.00 en Marruecos y parte de Europa, las 04.00 en España, Polonia, Angola y Nigeria, las 05.00 en Turquía, las 06.00 en Moscú, las 08.30 en India y las 14.00 en Australia.
Mi día acaba cuando Rafa se va a comer, Luis Miquel va de camino al trabajo, Anuska disfruta su último sueño y los demás estais sumergidos en lo mejor de la noche...
Como creo haberos dicho ya, últimamente tengo la sensación de que no vivo más que lo que queda de vuestros días.

Los abajistas*

Gloriosa clase de antropología chilena, para iniciados en la materia, impartida por Beatriz Michell en La Nación:

Se avergüenzan del colegio cuico del que salieron, del barrio cordillerano donde viven sus familias y de las camisitas Polo o polleras Zara de sus padres. Podrían comprarse sus pilchas en el Alto Las Condes, pero van a la ropa usada de Bandera. Los abajistas, aquellos con zapatillas rotas, pero criados en suelo de parquet, son cada vez más. Aprenda a distinguirlos.
Advertencia para navegantes: la clase, como no podría ser de otra manera, no está tanto en los abajistas (que también) como en el propio texto y su (cargadísimo) uso del slang.

*También conocidos como cuico-flaytes.

Póntelo, pónselo


Un clásico de Keith Haring

Los más viejos del lugar quizá recuerden aquella campaña de finales de los ochenta (1989, si la memoria y el Google no me fallan) con la que el gobierno español decidió dar un salto hacia adelante y, no sólo centrar la campaña de prevención en el uso del preservativo, sino además incluir a la mujer en el mensaje.
"Pónselo"... dicen que hay numerarios y super-numerarios que aún tiemblan al recordarlo.
Desde el 2005 llevan los chilenos discutiendo el mismo tema. Y va para largo. "La clave", advierten los críticos con las campañas gubernamentales, "está en la estrategia ABC: continencia en los jóvenes (Abstain), fidelidad de los adultos (Be faithful) y preservativos (Use Condoms) -si lo anterior no funciona- pero advirtiendo que pueden fallar"...
Al tiempo le está costando atravesar los Andes.

jueves, febrero 22, 2007

Curso de (est)ética periodística II



El diario más conservador del país más conservador a este lado de Río Grande nos ofrece un ilustrativo ejemplo de la norma namber guan del periodismo ficción:
Nunca dejes que una noticia aburrida de joda un titular llamativo.
Y mucho menos si ese titular te da un hueco en primera!

martes, febrero 20, 2007

Un piano con dos copas de más,


y unas manos que lo sepan tocar

Las noches en el Santiago austral acaban siempre con una copa de más. Paella y sangría en un ático pijo o choripán y vino blanco en el patio de una casa jipi, da lo mismo, al final siempre acaban con un grupo más o menos heterogéneo de españoles buscando un antro en el que tomar la última a las tantas de la mañana.
A mi me encantan las noches locas, inesperadas, que comienzan con un ribeiro y una tapa de tortilla y desembocan, despues de la sesión de baile correspondiente, en una conversación surrealista con un canalla encantador.
Evidentemente, en el Santiago Austral no hay ribeiros ni tapas de tortilla y, hasta este fin de semana, tampoco parecía que hubiese canallas encantadores.
Hoy sé que hay, por lo menos, dos.
Y que uno de ellos soy yo.
Y que, para mi desgracia y desorientación, sigo sin ser mucho de líos de una noche.

sábado, febrero 17, 2007

"Los muros eran los titulares de los diarios"

exiliados dos liceos

El otro día fui con B. a ver el último documental de Patricio Guzmán y descubrí, además de otras muchas cosas, que los muros chilenos no sólo me gritan a mi.
"Los medios estaban en manos de la derecha", dice el Mono González, "para nosotros los muros eran los titulares de los diarios".
Gran tema para una tesis, verdad?

viernes, febrero 16, 2007

Chove en Santiago

meu doce amor
camelia branca do ar
brila entebrecida ao sol.


A foto non é miña, fíxoa Héctor Aravena,
para
El Mercurio.

Chove en Santiago
na noite escura
herbas de prata e sono
cobren a valeira lúa.

Olla a choiva pola rúa
laio de pedra e cristal.
Olla no vento esvaido
soma de cinza do teu mar.

Soma e cinza do teu mar
Santiago, lonxe do sol
agoa da mañan anterga
trema no meu corazón.

Lo escribió Federico García Lorca, en gallego.

Es la segunda vez que veo llover, desde que llegamos. Qué ganas le tenía!

lunes, febrero 12, 2007

Imagine



Imagina que consigues, por fin, amigos chilenos.
Imagina que un jueves van a tu casa a cenar.
Imagina que comeis bien y bebeis mejor. Y que dais cuenta de una botella de limoncelo.
Imagina que ellos están de vacaciones y os proponen escapar el fin de semana al desierto, para ver las estrellas.
Imagina que tú no puedes, porque el domingo tienes visita, y que les suplicas que no vayan sin ti.
Imagina que te proponen salir inmediatamente, al tiro, y llegar a tiempo para recibir a M.
Imagina que, por un segundo, se te escapan por los ojos las ganas de aceptar.
Imagina que tus ganas son contagiosas.
Imagina que una hora más tarde estás en la puerta, con la mochila lista y el bikini puesto.
Imagina que, ya en la autopista, con Sabina de fondo (qué tendrá Sabina que se está convirtiendo en la banda sonora de esta aventura), te das cuenta de que hay luna llena.
"Qué pena, así no se ven bien las estrellas", diría uno de los chicos.
"Pero, si no fuera por ella, seguramente no haríamos este viage", pensarías tú.
Imagina que seis horas máis tarde te estás bañando en la playa, despues de llamar al trabajo para excusar tu ausencia con alguna enfermedad inoportuna.
Imagina que esa misma noche estás viendo estrellas que nunca habías visto, porque el cielo contaminado de Santiago te las tenía prohibidas.
Imagina que, de regalo, descubres el significado de la chapa que compraste al llegar.
Imagina que al día siguiente aprendes a hacer pisco.
Imagina que decidís aprovechar el viaje al máximo y llamas a M. y le pides perdón mil veces porque la vas a dejar colgada y le aseguras que lo sientes y puede que de verdad lo sientas... y puede que no.
Imagina que encontrais un hostal naturista, al lado de un río que da vida a un desierto, y que pasas la noche conversando con un tipo increíble, que te define sin conocerte, al que juegas a definir sin conocerlo, mientras la luna sale detrás de una montaña y atraviesa el cielo sobre vuestras cabezas, de puntillas, para esconderse silenciosa detrás de otra montaña.
Imagina que te sientes luna, corriendo de puntillas entre los montes para no ser vista.
Imagina que, de verdad, te atrevieses a salir de detrás del monte.

domingo, febrero 11, 2007



El futbolín que veis me lo encontré el otro día en el cerro más alto de Santiago. Me hizo muchísima ilusión y me azuzó un poquito la morriña. Cuántas tardes de instituto habré invertido perfeccionando la técnica? Sin rolos, sin pararla, a 25 pesetas la partida.
Ayer me enteré (Vía Chuza) de la muerte de su creador.

A próxima partida vai por vostede, mestre.

Algunas veces vuelo
Y otras veces me arrastro demasiado a ras del suelo




Estoy triste.
A veces.
Otras veces estoy feliz.
Y no sé por qué.
Por qué sí.
Por qué no.
Por qué a veces me muero por salir.
Por tomarme unas copas.
Por reirme con/de desconocidos.
Por romper mi cadera hasta el amanecer.
... Por qué otras veces sólo quiero estar sola.
Coger (tomar) un bus hasta el mar.
Y mirarlo.
Mirarme.
Y averiguar hasta que punto esta soledad es escogida.