De las manifestaciones en Chile (y II)

Imagen de las manifestaciones en Santiago, publicada por La Tercera

Este año descubrí qué es lo que hay en el ojo de un huracán. Os acordais? En el ojo del huracán hay calles vacías, cines cerrados y silencio. Silencio que suena a miedo. Miedo a las balaceras, a las porras retráctiles, a los disturbios, a los gases lacrimógenos, a que te incendien el coche, a los guanacos*, a los cócteles molotov, a las detenciones, a los delincuentes "que aprovechan el desorden para cometer fechorías**", a salir a la calle. Chile tiene miedo a salir a la calle y a mi, sinceramente, no me extraña, porque la calle no es suya, la calle se la prestan de vez en cuando, para según que cosas. Para según que otras, puede quedarse sin voz pidiéndola. Para según que otras, va a tener que tomársela.
No sé cuando, pronto, Chile va a tener que superar sus miedos y exigirles a quienes la tienen secuestrada que le devuelvan la calle, su calle.

*Carros lanza agua.
**Este discursito me recuerda a la rémora franquista que siempre me sorprendió en mi padre: el orden es bueno, lo contrario es caos y destrucción.