Si yo nací campesino,
si yo nací marinero,
¿por qué me tenéis aquí,
si este aquí yo no lo quiero?
El mejor día, ciudad
a quien jamás he querido,
el mejor día —¡silencio!—
habré desaparecido.
si yo nací marinero,
¿por qué me tenéis aquí,
si este aquí yo no lo quiero?
El mejor día, ciudad
a quien jamás he querido,
el mejor día —¡silencio!—
habré desaparecido.
Oxigeno cuerpo y mente en Nueva Galicia en un viaje que da sentido a esta aventura, me reconcilia con la beca el trabajo la distancia y me recuerda que hay otra gente otros sitios otras vidas... y que están todas a mi alcance.
La vuelta a la ciudad, sin embargo, se hace cada vez más difícil. Con sus ruídos, sus atascos y sus gestos huraños, de vez en cuando, a Santiago le gusta recordarme que nací campesina, que nací marinera.
Cuando Santiago y yo estamos enfadados, como ahora, me gusta soñar infidelidades: Mendoza, la Carretera Austral, Atacama, Pascua... y la traición defitiva, Buenos Aires.
3 Comments:
No digo que no nacieras campesina ni marinera, pero tengo claro una cosa: naciste poetisa! Un beso grande y libre.
ay infiel! y después hablabas de las asturianas... :)
jeje, tunante, rafa, yo nací tunante. y vaga. y maleante.
y, riquina, no creo que me hayas oído jamás de los jamases hablar mal de las asturianas... si sois mi perdición! de hecho, como no podía ser de otra manera, el ovetense ese que se hace pasar por informático me tiene calada desde el primer día. ya lo dice el refrán, primos hermanos...
besazos australes a los dos.
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